martes, 23 de abril de 2013

Aileen

CAPITULO II


Todo esto es un problema, ¡No lo creo! ¿Porque yo? ¿Porque no Dan? ¿Porque no Grace que es tan sangrona? Sencillamente... ¿porque tenia que ser mi familia? digo, hay muchas familias que no reciben un marcado, recuerdo lo que me dijo mi padre - La sangre de la familia es muy fuerte y poderosa pero mas es la sangre del que fue marcado - ¡No tiene sentido! la sangre no va al gym a hacer pesas mucho menos pilates, ¡ERROR! no decidí ser un chupa sangre, tampoco elegí que me marcaran en la casa de Sandra y mucho menos quería dejar de tener los ojos color miel, realmente no tuve elección y luego el rastreador que no se pudo esperar cinco minutos para que me dejara pensar en mi nueva vida. ¿A si seria siempre? por mucho tiempo me quedaría completamente sola y vivirá a costa de la muerte de personas inocentes ¡No mil veces no! No deseaba estar sola por mucho tiempo, No deseaba ver morir a mi familia, No deseaba matar a nadie, No desee este vida. ¡Por favor quien sea que seas realmente no quiero esta vida! entre mi llanto y griterío formado por la falla de mi cordura escuche un susurro.
- Ven a mi - Al terminar de escucharlo mi griterío histérico se detuvo por completo, los ojos se me abrieron como platos prestando atención a todo lo que estaba a mi alrededor, un montón de bultos grisaseos bailaban alrededor de lo que parecía mi cuerpo sin vida, el corazón se me hiso de tripas ¡estaba flotando alrededor de mi cuerpo sin vida! ¿No logre completar el cambio? ¿Estoy muerta realmente? No estaba en el cuarto del baño, realmente no reconocía el lugar, los bultos grisaseos empezaron a acumularse en uno solo y luego se disiparon.
- Ven a mi - Otra vez esa voz, no me altere, al contrario fue relajante, en ese momento reconocí el lugar, el campo de la casa de mi difunto abuelo paterno, aun estaban vivas las orquídeas que sembré cuando tenia siete años, la casa estaba deteriorada y en mal estado, el paso del tiempo termino con ella y con la esperanza de que el sobreviviera, pero.. ¿¡Que Carajos!? ¿La yo de abajo estaba parada? ¡Rayos si estaba parada! sus ojos, bueno mis ojos en ella habían cambiado nuevamente de color, ahora eran blancos ¿Entonces ese era el dichoso cambio? ¿Estoy muerta? ¡Porque demonios mi cuerpo caminaba solo! Si realmente alguien me escucha responderme por favor ¡Lo necesito!
¿Entonces al ser marcada debía estar lo que dure el tiempo en que mi cuerpo se deteriore siendo una especie de alma alejada de su cuerpo? ¡Vivir condenada a perseguir mi cuerpo!
- Ven a mi - Por tercera ocasión escuche la misma voz, La yo que estaba abajo voltio repentinamente a ver a lo que parecía una bella mujer de larga cabellera negra.
- ¿Para que? ¿Para servirte? ¡NO! Prepárate Nyx que la era de tu gobierno de libre albedrío a llegado a su fin - Sorprendente mente me quede atónita.
- Así elegiste Tenebris, has elegido servirte y yo no me opondré a tu decisión -.
- Nyx - La voz que salia de ella osea yo, sonó tan poderosa como la de la Diosa que estaba justo enfrente de ella, pero la había llamado Tenebris -  Felicidades ¡Que te corten la cabeza! - Ella levanto los brazos y comenzó a caer, por ende yo con ella, ya no estaba en el baño de mi casa, ni en la casa del abuelo, quería alejarme y despejar mi mente, pero no podía  era mi cuerpo, necesitaba estar junto a el. Tenebris tumbo la puerta de lo que parecía una cafeteria.
- Triste encuentro novatos - susurro amenazante, coloco sus manos en las paredes y de ellas emergían una especie de hilos negros que cubrieron las paredes, al parecer nadie mas que yo las podia ver - ¡La verdad los salvara!, Los que estén dispuestos a servirme porque hay oscuridad en su alma den un paso al frente, pero si su corazón miente la muerte les espera, los que se opongan viajaran repentinamente al reino de Nyx para ver como su mundo se vuelve cenizas.
- ¿Porque hemos de creerte? - ella-yo lo volteamos a ver, era un chico alto con cabello negro ojos azul zafiro. Simplemente ella sonrió dejando ver sus afilados colmillos y se burlo. Camino hasta un chico y los hilos negros se escurrieron por su cuerpo.
- Damien ¿Que tal te parecería volver a ver a Jack? - El chico simplemente soltó una mirada de asombro al igual que yo. Casi al instante el cayo al piso, los hilos negros lo están cortando, uno de esos le corto la garganta. ¡GRITE! La furia de ahí se hiso presente, Ella controlaba los hilos, esos malditos estaban lastimando a los demás, repentinamente voltio a verme.
- ¡Aileen ven a mi o púdrete con Nyx! - grito, los hilos se acercaban rápidamente hacia mi.
- ¡Estúpida Dios o el infierno! - grite, me alcanzo, grite...
Desperté eran las siete de la mañana y  me estaba quemando.

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